Hace unos días, tomando unas
cañas con una amiga pensamos que debería dedicar una entrada de este blog a las
personas que de repente desaparecen de nuestras vidas. Las personas que pasan
de ser grandes amigas a simples desconocidas en sólo unas semanas y sin aviso
previo. Pero no, he decidido que no voy a hacerlo. Prefiero dedicar esta
entrada a las personas que sí están ahí y que siempre lo han estado.
- Las personas que reconocen al actor de tu carpeta cuando los granos son los protagonistas en tu cara.
- Las personas a las que les escuecen los ojos por hacer caso de una
loca idea que has oído por ahí.
- Las personas que huyen contigo cuando sois perseguidos por una bandada
de hambrientos animales blancos.
-
Las personas que esperan varios años a que saldes las deudas de las
apuestas perdidas.
-
Las personas que se quedan contigo toda la noche mientras elucubras
sobre futuros irreales.
-
Las personas que toleran tus manías alicatadas.
- Las personas que adoptan familias de álter egos.
-
Las personas a las que matarás si se buscan parejas macarras.
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Las personas que asumen grandes cargas por no dejar tiradas fuentes de
risas futuras.
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Las personas que escuchan tus divagaciones y las asumen como suyas.
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Las personas que siempre están ahí para escuchar y comprender.
-
Las personas a las que les deseas todo lo mejor.
Sólo queda una cosa por decir: ¿hacen
unas cañas?
¡¡Bravo!!
ResponderEliminar¿Unas cañas? Siempre!!! A divagar!!
Qué guapos salen los condenados!
Algún día escribirás un post desde un faro.
A ver cuándo llegan las cañas, que ya hace que no nos damos un homenaje. Así pasará más rápido el tiempo que falta hasta que podamos disfrutarlas junto al mar.
Eliminaresta es mi entrada favorita ¡¡
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias, Ángel!!
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