Condescendencia.
Amarga palabra. Y amargo el proceso que lleva hacia ella. La RAE la define como
la acción de adaptarse por bondad al gusto o voluntad de alguien. Pongo en duda
esa bondad académica. No creo que la condescendencia parta de un acto de
bondad, sino de un acto de desinterés y desgana producto de un proceso de desilusión
continua y que puede desembocar en cinismo.
Aprovecho
la ocasión para tirar de las orejas a sus ilustrísimos académicos de la Lengua
y recordarles que la primera regla del arte de definir es que la palabra
definida no puede formar parte de la definición.
bn
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